La erosión es un proceso natural causado por la fuerza del agua y el viento. Ésta es influenciada por factores como el tipo de suelo, vegetación y geografía del terreno –entre otros-, y puede ser acelerada por la actividad del hombre y el uso que se le dé al mismo. Los procesos de erosión sin control pueden causar daños mayores a estructuras existentes y al medio ambiente.
Un correcto diagnóstico es la clave en todo proyecto destinado a controlar la erosión. Analizar el fenómeno y riesgo erosivo es fundamental para determinar la mejor solución a adoptar, sea por los resultados esperables, como por la mejor relación costo-beneficio. El análisis debe contemplar los tres factores que describen el fenómeno erosivo: frecuencia, permanencia e intensidad. La interacción de estas tres variables determina el tipo de solución y grado de protección necesaria, relacionada al nivel de riesgo y consecuencias que puede ocasionar la erosión.
La cobertura vegetal, es la principal y más eficiente protección natural del suelo contra la erosión. Pero tiene dos limitaciones: es un proceso lento -en especial en suelos alterados, donde el mismo proceso erosivo dificulta esta restitución-, y no siempre es suficiente –por ejemplo, en situaciones de alteración ambiental con alto riesgo erosivo donde hay elevadas velocidades de escorrentía o pendientes muy pronunciadas-. Es por esto, que se han desarrollado tecnologías especiales para el control de erosión, que juegan un importante papel en la prevención y mitigación de daños.
Las geomantas para control de erosión y refuerzo de vegetación son los geosintéticos más utilizados para esta problemática, ya que ofrecen una cobertura del suelo inmediata y están diseñadas para favorecer el desarrollo vegetal, evitando el daño de arrastre generado por el agua y/o el viento.
Para un correcto diseño de este tipo de soluciones es muy importante tener en cuenta el grado de cobertura necesaria del suelo. A mayor grado de cobertura, mayor seguridad para el control de erosión, aún con un crecimiento limitado de la vegetación. Mayor grado de cobertura de la geomanta, implica un menor porcentaje de vacíos o de penetración de luz. Esto proporciona:
- Mejor desempeño de la geomanta para refuerzo de vegetación.
- Mayor retención y protección de las partículas del suelo.
- Mayor interacción del sistema radicular con la matriz de la geomanta.
La determinación del grado de cobertura debe hacerse considerando no solamente la necesidad de crecimiento de vegetación, sino también el riesgo erosivo asociado a cada proyecto que dependerá del tipo de estructura a proteger, ya que, si bien la vegetación es un gran aliado a la hora de proteger las superficies, muchas veces existen grandes riesgos para las estructuras si esta no llega a desarrollarse por completo, o si ocurren eventos durante la etapa de crecimiento.
Si bien el crecimiento de la vegetación suele ser el objetivo último y contribuye a un mejor desempeño de la solución (mayores esfuerzos y velocidades de escurrimiento admisibles), las geomantas con mayor grado de cobertura implican una solución más segura, ya que garantizan una adecuada protección del suelo, sin depender de factores externos que pueden limitar el desarrollo óptimo de la vegetación. Es por esta razón, que para situaciones de alto riegos o donde se requiera un alto desempeño de la aplicación, las geomantas de gran porcentaje de vacíos no son recomendadas.
La cobertura de suelo junto con la vida útil de la geomanta, son los dos factores más importantes a considerar en la elección de geomantas de alto desempeño para obras de ingeniería, ya que reducen significativamente el riesgo de pérdida de suelo y daños a estructuras lindantes
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