Previamente a que ocurra el llenado de la Celda I de la planta de tratamiento y disposición final de residuos sólidos urbanos (RSU) y residuos sólidos especiales (RSE) de la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe, la Municipalidad proyectó la ampliación de la capacidad operativa mediante la construcción de la Celda II.
La obra -ejecutada por Coripa como contratista principal-, consistió en la excavación, movimiento de suelos e impermeabilización de 40.000 m2 de superficie. La misma fue dividida en 4 etapas, realizadas entre los años 2013 y 2022, donde en cada una de ellas se instaló un paquete impermeabilizante de 10.000 m2.
El objetivo del proyecto era garantizar las condiciones de impermeabilidad necesarias para impedir la percolación de lixiviados que contaminasen el suelo o las aguas subterráneas
A diferencia de la Celda I que había sido realizada empleando el método tradicional de impermeabilización (barrera primaria sintética + barrera secundaria natural compuesta por 60 cm de suelo arcilloso), la Celda II fue proyectada también de acuerdo a la normativa vigente, pero con la utilización de una barrera equivalente y con propiedades hidráulicas iguales o superiores, utilizando como barrera secundaria una geomembrana bentonítica (GCL por sus siglas en inglés: Geosynthetic Clay Liner). La misma es un geosintético compuesto que contiene una arcilla mineral, que se expande al contacto con el agua, reemplazando la capa de suelo arcilloso prevista en la solución tradicional.
La utilización de este geosintético específico, solucionó la dificultad de obtener en las cercanías suelos que reuniesen las condiciones de permeabilidad exigidas, sumado a la excesiva logística, grandes tiempos de obra insumidos y, por consiguiente, el encarecimiento de los costos de la obra y elevado impacto ambiental.
Como adjudicataria, Coripa realizó la provisión de la geomembrana PlusBento® GCL (geomembrana arcilla bentonítica sódica contenida entre dos capas de geotextil vinculadas mecánicamente por agujado, de muy baja permeabilidad -k < 1x 10-11 m/s- y alta resistencia al cizallamiento -24 kPa-) y de los demás geosintéticos utilizados en la obra.
El paquete impermeabilizante para cada una de las etapas de la obra, y su instalación incluyo:
- Excavación de la celda, perfilamiento y nivelación del terreno.
- Colocación de geomembrana sintética de polietileno de alta densidad (PEAD) Plustene® 1,5 LL como barrera primaria.
- Despliegue y colocación de geomembrana bentonítica (GCL) PlusBento® RS 360 como barrera secundaria directamente sobre la geomembrana primaria.
- Por último, se protegió la superficie con una capa de suelo de aporte de 40 cm.
Adicionalmente, en la zona de los taludes se decidió incorporar la instalación de un geotextil notejido Plustex® N 300 para lograr una mayor fricción entre el suelo de protección del paquete impermeabilizante y la membrana bentonítica, evitándose así el riesgo de ocurrencia de deslizamientos.
La adopción de la geomembrana bentonítica PlusBento® en reemplazo del estrato de suelo arcilloso de gran espesor permitió materializar una capa impermeabilizante con propiedades hidráulicas equivalentes sin necesidad de reemplazo del suelo del sitio por ser inadecuado, y logrando una considerable reducción de los volúmenes de suelo a mover. Vale aclarar además, que en las barreras de suelo arcilloso de gran espesor difícilmente se consigue una homogeneidad en toda la superficie de las propiedades proyectadas, debido a que los niveles de compactación suelen ser, por diversos motivos, variables a lo largo de su confección. La geomembrana bentonítica PlusBento® es un elemento prefabricado de propiedades homogéneas en toda su extensión.
Por otro lado, cuando se utiliza un revestimiento de arcilla compactada en un proyecto de impermeabilización de 40 000 m², se debe agregar agua a la arcilla para lograr la compactación a una densidad proctor óptima. Este no es el caso si se utiliza un GCL, ya que, al evitar compactar, esta solución ahorra alrededor de 1.200.000 litros de agua limpia.
La facilidad de desplegar rollos frente a volcar y compactar hace que los plazos de ejecución, los costos y el impacto ambiental de la obra se vean reducidos en lo que respecta a la construcción del paquete impermeabilizante. Desde el 2013 al 2022 de construyó completamente la celda II en sus 4 etapas requiriendo 16 meses de obras en total.
